Estaremos todos de acuerdo en que el comercio local hace ciudad y que necesitamos de un comercio potente que ayude a la cohesión social de nuestros barrios.
El comercio de barrio lleva décadas luchando por resistir ante la irrupción de nuevas fórmulas de venta. Primero fueron los supermercados, luego llegaron los grandes centros comerciales y más recientemente el comercio electrónico. Contra esa potente competencia el comercio local se ha visto obligado a reinventarse mejorando los establecimientos, especializando la oferta, potenciando la identidad y cuidando la relación con los clientes.
Y en esta última época la crisis económica derivada de la pandemia de la Covid-19 ha amenazado de manera especial al comercio local. Ante el riesgo que supone para las ciudades que sus negocios peligren, son más necesarias que nunca las estrategias de colaboración público-privada que implican al tejido social, fomentan el consumo responsable y generan espacios atractivos para el comercio de proximidad.
Desde nuestra responsabilidad trabajamos ayudando a los negocios, elaborando campañas de compra de proximidad y promoción de nuestros productos, fomentando el asociacionismo comercial y dándole facilidades con el objetivo de conseguir que el comercio sea un agente social urbano regenerador de nuestras ciudades.
Pero también se puede contribuir a dinamizar el comercio desde el urbanismo. La estrategia municipal de pacificación y peatonalización de calles que hemos desplegado en este mandato contribuye a dar relevancia a las zonas de concentración comercial.
En definitiva, tenemos que poner el foco en un Prat como ciudad singular, sostenible y atractiva en la que el comercio sea un aliado. Con este compromiso, los socialistas del Prat venimos trabajando tozudamente en nuestras calles. Porque el comercio hace ciudad.