Más de lo mismo o un gobierno progresista. A este dilema nos enfrentamos los ciudadanos de Catalunya. No se puede decir que la experiencia de los últimos años haya sido la más provechosa para los catalanes. Lo saben en ERC i en Junts, pero da la sensación de que quieren repetir la fórmula cambiándose los papeles.

Las elecciones del pasado 14 de febrero supusieron un punto de inflexión en la política catalana y en nuestra historia reciente. El Partit dels Socialistes de Catalunya volvía a ser la primera fuerza política del país al obtener más del 23% de los votos. Pero lo primero que ha hecho la recién escogida Presidenta del Parlament ha sido citar a  los independentistas de la Mesa para trazar estrategia. Vivimos una crisis con muchas caras: sanitaria, económica, ambiental. Muchos negocios tienen que cerrar. Las familias lo pasan mal, y la salud mental de nuestros vecinos se resiente. Mientras tanto, algunos partidos intentan perpetuar la década perdida del procés. No es momento de volver a repetir errores, sino de centrar los esfuerzos en ayudar a salir de esta crisis a quien más la está padeciendo.

Los Gobiernos progresistas como el que tenemos en nuestra ciudad y del que formamos parte los socialistas son una clara demostración de que se puede gobernar para todos priorizando los intereses reales de la ciudadanía.

Gobernar excluyendo a la mitad del país es un error monumental. Hay alternativa, pero falta voluntad. Si el socio imprescindible es la CUP y  la Presidenta del Parlament  es Laura Borràs, podemos estar seguros de que estamos ante un panorama bastante negro. Ya hemos visto el precio que pagamos cuando se prioriza la independencia a la solución de los problemas de las personas. Los socialistas seguiremos preparados por si ERC decide ser valiente y mirar a la izquierda. Que nadie dude de que el Grupo Socialista, como grupo mayoritario y como vencedor en las urnas, trabajará por ser útil  y reconducir el país.